La fe de un niño
"Si muero ahora, ¿podría tu Dios resucitarme de la muerte?"
Kyaw, de diez años, se despertó a las 5:00 a.m como lo hacía cada sábado. Leyó en su cuaderno los versículos de la clase Bíblica a la que asistió, se vistió, hizo sus quehaceres y corrió a la casa de aquel hombre cristiano. Allí se unió a los otros niños que al igual que él, estudiaban la lección bíblica, cantaban y oraban a Dios. Kyaw podía hacer todo lo que no podía hacer en su casa como único cristiano de una familia budista y esa noche, cuando regresó a su casa, buscó su cuaderno y anotó el versículo bíblico que aprendió ese día.
Cierta noche, mientras miraba la imagen familiar de Buda se le ocurrió una idea y le comentó a su padre: "Papa, no necesitamos esta estatua", "podemos orar al Dios real". Su padre se rió y le preguntó: ¿Por qué pensás que tu Dios es el verdadero Dios? Kyaw le respondió: "Porque El responde la oración y se levantó de entre los muertos". Su padre replicó: "Si muero ahora, ¿podría tu Dios resucitarme de la muerte?" y con total confianza le respondió: "Ahora Jesús está en el cielo, pero un día nos resucitará a todos”.
Tiempo después, su padre sufrió un gravísimo accidente automovilístico, los médicos no tenían esperanza de que sobreviviera pero Kyaw y sus amigos cristianos oraron por su recuperación. Al día siguiente, su padre, que había estado tan grave, regresó a su casa con solo una pierna raspada y un hombro dolorido y Kyaw le recordó: “¡Papá Dios te sanó! ¡Dios te protegió de la muerte!. A pesar de este milagro, su padre aún no se ha convertido al cristianismo, aunque si cree que ese día fue salvado de la muerte.
En la actualidad, con sus cortos 14 años, Kyaw forma parte del ministerio adoración de la iglesia y siente un llamado al ministerio. Sin embargo, hace poco tiempo le tocó vivir una situación difícil, ya que los padres de sus compañeros de clase fueron a su casa y lo amenazaron por hablar contra del budismo. Por esta razón, sus padres lo enviaron a vivir con una familia de una iglesia cercana para mantenerlo a salvo.