Karma

¿Por qué nació esa persona con discapacidad?

¿Qué hice para merecer esta promoción?

¿Por qué tuve un accidente automovilístico y me quebré las piernas?

¿Por qué Jesús fue torturado y crucificado como un criminal?

En la cosmovisión budista, la respuesta a todas estas preguntas probablemente sería la misma: el karma.

Karma es un término que pertenece a la religión budista. Este concepto se introdujo en la cultura occidental en las últimas décadas. La mayoría de las personas definen el karma en un nivel básico: haz el bien y recibirás bien; haz el mal y recibirás mal. Pero en la enseñanza budista, vemos que el karma es mucho más complejo que esto.

Buda creía que existía un ciclo contínuo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento.

Este ciclo está controlado por el karma personal de cada budista. Este sistema es una colección de todo lo bueno y lo malo que una persona ha hecho en esta vida y en las anteriores. Si el buen karma de una persona supera su mal, renacerá en una existencia superior. Si el mal karma supera su bien, renacerá en un ser inferior.

Los budistas nunca están seguros del "estado" de su karma, por lo tanto, se esfuerzan por ganar un buen karma para compensar su mal karma.

El karma es un problema personal, cada individuo debe ganárselo y nadie puede ayudarlo. Hacer méritos mejora el karma personal, y en Asia esto se puede lograr de diversas maneras: visitando templos, quemando incienso, haciendo donaciones a monjes o templos, meditando o participando en ceremonias religiosas.

¡Pero ten cuidado! El karma no es lo mismo que el principio bíblico del que Jesús habló en Lucas 6:38, "Da, y se te dará", o el principio de siembra y cosecha que Pablo describió en Gálatas 6: 7. Estos principios bíblicos están dirigidos por Dios basados en la moral y la justicia de Dios y no en la justicia del hombre. Muy por el contrario, ellos creen que el karma no es una recompensa o castigo dado por Dios o cualquier otro ser sobrenatural, sino que el karma, de alguna manera, recuerda mágicamente las acciones de las personas y dicta las buenas o malas recompensas en los renacimientos posteriores.

La Biblia dice que: "Dios es el juez justo, y recompensa a los que lo buscan: (Hebreos 11: 6).

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