Un Milagro el Tibet

Dawa prometió que si Dios sanaba a su hermano creería en Él...,. ¡y ocurrió un milagro!

Durante sus años de secundaria, Dawa vivió en una casa compartida que era atendida por cristianos. Al ser criada en un ambiente budista tibetano, las creencias de los cristianos le parecía absurda y se burlaba de la fe de ellos, pero Dawa quedó impresionada por la amabilidad que tenían hacia ella y llegó a amarlos y respetarlos.

Cierto día, un trágico accidente laboral le sucedió a su hermano mayor, quien se cayó del séptimo piso del edificio que estaban construyendo. El médico les dijo que su hermano quedaría paralitico, estas eran muy malas noticias, especialmente para Dawa y su madre, quienes confiaban en su apoyo desde la muerte de su padre. Sus amigos cristianos se quedaron con ella, oraron por la recuperación de su hermano y le compartieron testimonios de personas que fueron sanadas por Dios. Primero ella no les creyó, pero finalmente, decidió probar y oró como lo hacían ellos. Dawa le dijo a Dios que si Él era real y curaba a su hermano, entonces ella le creería y lo seguiría.

Fijaron una fecha de cirugía para operarle las costillas rotas y la columna vertebral a su hermano, pero un día antes de la intervención ¡ocurrió un milagro! ¡Él pudo levantarse de su cama y caminar!. El médico descubrió que las costillas rotas y la columna vertebral ya estaban curadas, por lo cual, ya no había necesidad de que sea operado. Dawa estaba extasiada y le dijo a su familia que fue Dios quien sanó a su hermano.

Al siguiente año, ella declaró públicamente su fe a través del bautismo en agua. A pesar del asombroso milagro de sanidad, su hermano y su madre continuaron siendo firmes seguidores del budismo. Dawa no pudo convencerlos de creer en Jesús, pero debido a su historia le dieron permiso para seguir a Cristo, algo casi desconocido en su cultura centrada en el budismo.

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La fe de un niño

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Khom espero toda su vida para saber cómo seguir a Jesús al igual que sus padres.