De Budista a Evangelista

En una aldea remota en Camboya, la misteriosa enfermedad de la joven Bopha empeoró. Como buenos budistas, su familia realizó ofrendas especiales en el templo para obtener buenos méritos y una cura para Bopha, pero sus esfuerzos fueron en vano. Pronto, la joven quedó al borde de la muerte y la familia comenzó a enfrentar lo inevitable. Un misionero se enteró de la situación mientras servía en otra región de esa provincia y el Espíritu Santo le habló para ir a orar por la niña enferma. Cuando llegó a la casa le pidió permiso a sus padres para orar.

Habiendo agotado sus propios esfuerzos para encontrar una cura, estaban abiertos a cualquiera que ofrezca una esperanza. Sokha, la hermana de Bopha, se arrodilló al lado de la cama y el misionero se unió con ella en oración, simplemente le pidió a Dios que sanara a Bopha en el nombre de Jesucristo. Luego el misionero se levantó y salió de la casa con humildad, satisfecho de haber completado la tarea que el Señor le había encomendado.

En pocos días Bopha se recuperó por completo y el resto de los aldeanos se maravillaron y se preguntaron cómo ocurrió este gran milagro. Sokha sabía en su corazón que la sanidad sucedió debido al poderoso nombre de Jesucristo y desde ese momento creyó.

Ella buscó una iglesia en un distrito diferente de la provincia donde fue discipulada y durante ese tiempo, se hizo evidente que tenía el don de evangelizar, ¡en solo dos años, ella condujo a 50 personas a Cristo!. Luego se inscribió en el Instituto Bíblico en Phnom Penh y regresó a su provincia todos los fines de semana para compartir sobre Jesús. Una vez, un profesor le preguntó a la clase: "Si pudieran servir al Señor en cualquier parte del mundo, ¿A dónde irían?" Sokha dio el nombre de un pueblo que está cerca de su casa porque reconoció que "Aún no tiene testimonio del evangelio", y luego agregó en voz baja: "Por eso quiero ir allá".

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