LA HISTORIA DE PONG "MI VIDA EN EL MONASTERIO ES PARA MAMÁ”
El cursaba su último año en la universidad del norte de Tailandia cuando comenzó a asistir a nuestra iglesia. Pong sabía muy poco sobre el cristianismo, pero fue rápidamente cautivado por la calidez cristiana y quiso unirse. Lo invité a nuestros estudios bíblicos semanales y el asistió fielmente todos los martes por la mañana.
Después de un tiempo de estudiar las verdades sobre Dios, Jesús, la Biblia, la oración y otros conceptos básicos cristianos, la fe de Pong crecía. Asistió fielmente a los devocionales diarios, la iglesia, e incluso se unió al equipo de adoración como guitarrista.
Al terminar nuestra tercer semana de estudios sobre el bautismo en agua le pregunté a Pong si se sentía listo para bautizarse. Él me dijo que primero se debía convertir en monje budista, como se espera de todos los jóvenes en Tailandia, y que debía hacerlo por su madre. Se convertiría en monje después de su graduación por un breve tiempo y que luego se bautizaría.
Le pregunté a Pong por qué se sentía tan obligado a hacerlo. Su respuesta fue reveladora. En el budismo Theravada, el mayor mérito que se puede tener es convertirse en monje. Las mujeres no pueden ser monjes en el budismo tailandés, pero ganan mérito indirectamente cuando su hijo primogénito ingresa al monasterio.
En efecto, Pong sintió que abandonar el monasterio era como negarle la salvación a su madre. Se sintió profundamente obligado a convertirse en monje por el bien de ella. Le pregunté a Pong si podíamos orar juntos por la salvación de su madre, para que él no se viese obligado a convertirse en monje.
Aunque oramos por esta situación, su madre no se hizo cristiana, pero justo antes de graduarse Pong pidió ser bautizado en agua. Él dijo que estaba listo para decirle a su madre que no se convertiría en monje, y que su salvación estaba solo en Jesucristo. Finalmente eso fue lo que Pong hizo, y hoy, el continúa siendo un cristiano fuerte. Afortunadamente para Pong, su madre respetó su decisión y no lo repudió por la decisión que tomó de no ser un monje budista.